Ahora más que nunca se necesita la figura del educador ambiental, caracteriza por ofrecer un enfoque multidisciplinar sobre los recursos y la problemática ambiental.
Siendo de este modo, el grado de responsabilidad del educador ambiental es alto en dos sentidos.
En primer lugar debe velar por la adecuada planificación del trabajo y por la consecución de los objetivos propuestos en los planes y actividades de educación ambiental y, en segundo lugar, se hace responsable del cuidado del alumnado.
Los niños, las niñas y los jóvenes de hoy en día no han contribuido al problema pero sufrirán los efectos en el futuro. Los niños y niñas crecerán en un mundo que se enfrenta a unos peligrosos niveles de calentamiento global.
El cambio climático es sumamente injusto. Esta injusticia no solo se percibirá entre países ricos y pobres, sino también entre las generaciones. Sin embargo, este fenómeno no es un asunto del futuro. Está ocurriendo ahora y sus efectos ya se notan, en especial en las comunidades más pobres. Los niños y niñas de que pertenecen a ellas están entre los más vulnerables a los desastres relacionados con el clima, las reducciones en la producción de comida y los cambios en los patrones de las enfermedades.
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